Cualquier hora es válida y cada uno tiene sus pros y sus contras, especialmente para cada tipo de ejercicio y tus objetivos:
1. Si lo que buscas es desarrollar tu resistencia cardiovascular, no importa qué momento elijas porque las variaciones a lo largo del día son mínimas.
2. Si lo que buscas es perder grasa, lo mejor es hacer ejercicio aeróbico a primera hora y en ayunas, (No siempre. Puedes hacerlo 2 veces máximo a la semana).
Hacer 20 minutos o más de cardio va a quemar grasa a cualquier hora, pero hacerlo por la mañana antes del desayuno tiene otra ventaja: tu nivel de glucógeno es bajo, 8 horas que no comes.
A tu cuerpo no le queda otra que quemar más grasa que en cualquier otro momento del día.
Desayuna inmediatamente después de tu entrenamiento.
3. El mediodía es el mejor momento para los ejercicios de fuerza, como las pesas, y musculación.
Es conveniente comer entre una o dos horas antes del ejercicio, ya que los músculos tendrán suficiente glucógeno para contraerse al máximo, (que es lo que buscamos).
Además la temperatura corporal sube a partir del mediodía, mejorando la flexibilidad y la potencia de los músculos.
4. Por la noche:
Al final del día, tu organismo tiene una temperatura más alta y tus músculos, más flexibilidad; es decir, tu cuerpo estará más predispuesto naturalmente a hacer deporte.
Entrenar después del trabajo te libera del estrés acumulado a lo largo del día; es una desconexión muy buena tras la larga jornada laboral.
Cada persona bien puede entrenar en la mañana muy temprano o en la noche muy tarde, y aun así gozar de buena salud y ver los objetivos que desee en cuanto a la ganancia de masa muscular y/o quemar grasa. Los horarios no son más que simples excusas para no hacer ejercicio, en la mayoría de los casos.