¿Qué es el AFTERBURN?
Cuando realizas ejercicio, el ritmo de funcionamiento de tu cuerpo se dispara. El consumo de oxígeno se eleva muchísimo y el metabolismo también dispara sus niveles en muy poco tiempo. Esto crea un déficit de oxígeno, que el cuerpo tarda algunos minutos en recuperar.
Una vez la actividad se detiene, el cuerpo busca compensación para ese déficit inicial. La respiración tarda en volver a hacerse más lenta, y el metabolismo toma tiempo en bajar. Se dispara el consumo energético que tu organismo demanda aunque la actividad física ya se haya detenido. Esta demanda extra de energía es el efecto afterburn.
Su duración puede llegar a durar hasta 72 horas.
- 1. RUNNING CON CAMBIOS DE RITMO: Los cambios de ritmo en general ayudan a mejorar el afterburn de cualquier ejercicio. Al alterar constantemente la cantidad de oxígeno que tu cuerpo requiere, le dificultas alcanzar la homeostasis, y por tanto el gasto energético es mayor. Sal a correr y haz carreras cortas de alta intensidad durante 5 minutos, en torno al 80% de tu ritmo máximo, para después recuperar con 1 minuto de marcha ligera. Repite este ciclo completo entre 4 y 8 repeticiones.
- 2. HIIT: Realiza un HIIT en el que intercales ejercicios de distintos tipos: unas mancuernas para hacer repeticiones de bíceps, sentadillas, trabajo abdominal, steps …
Alterna 30/40 segundos de actividad de alta intensidad, con 10/20 segundos de reposo.
- 3. PLIOMETRÍA: Los ejercicios pliométricos son muy usados en el ámbito profesional por lo completo que resulta su trabajo y los grandes beneficios que comporta. Está entrenamiento mejora a la vez la fuerza y la resistencia, además de ayudar a prevenir lesiones. Una de las formas más sencillas de empezar con la pliometría es realizar ejercicios de saltos básicos.